-La consola funciona- dijo López por el comunicador.
-Yo sigo sin encontrar a nadie.
¿Cuál es el estado de la nave?- respondió el teniente Tucker.
-Si se mantiene unida es porque
antiguamente construían las naves para que duraran, pero vamos, que lo único
que funciona correctamente es la consola. Ni el SMV , ni los motores, ni nada. Y
aunque funcionaran no le queda combustible ni casi electricidad.
-¿Los sistemas eléctricos
internos funcionan? Necesito que me abras la puerta de la bodega de carga.
-Dame un momento.
Tucker observaba a su alrededor esperando a
que la puerta se abriera. Miraba atento a los indicadores de oxígeno de su
sensor.
-Ya está, debería funcionar- escuchó por la radio.
La puerta emitió un pitido pero no se abrió.
El Teniente se acercó y tiró fuerte de la palanca, que se partió en dos.
Contrariado ordenó por el comunicador:
-Esto no se abre, ven aquí y haz
algo útil.
-Sí, señor.
-No seas duro con el chico,
Tuck, hace lo que puede.-le regañó amistosamente la comandante desde su nave.
-¡¿Pero que le has hecho a la
palanca?! –preguntó alterado López nada más llegar. El teniente aún la
tenía de la mano.
-No fue mi culpa, se ha roto
sola.-se defendió soltándola.- No
entiendo como esta chatarra ha podido resistir todos estos años a la deriva.
-Seguramente porque…-comenzó a decir López, aunque
decidió callarse. Insultar a un superior no le ayudaría a que le siguieran
seleccionando para este tipo de misiones.
-¿Seguramente porque qué? ¿Eh?- interpeló él.
-Por suerte, señor. Por suerte.
-Ya me parecía, y ahora abre
esta puerta de una vez.
-Sí, señor.
López sacó un destornillador de su cinturón y
comenzó a desatornillar una pequeña placa metálica que el teniente no había
visto. Un teclado demasiado minúsculo para sus manos enguantadas apareció al
desprender la tapa, que flotó libre sin gravedad. Cogiendo el destornillador al
revés pulsó unas cuantas teclas hasta que la puerta emitió otro sonido. Con
cuidado de no cortar sus guantes, empujó hacia abajo los restos de la palanca y
la puerta se abrió, mostrando un gran almacén totalmente vacío, excepto por una
caja de color negro mate anclada fuertemente al suelo.
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